viernes, 12 de febrero de 2021

Yo tambien quise ser Greta

a la gente de mi vecindario 

Acto I

Todo empezo cuando apenas era un imberbe, tanto que ni siquiera soñaba que algun dia tendria una poblada barba y jardineras de pelos en la nariz y las orejas. Apenas habia superado mis primeras dudas existenciales infantiles y empezaban a germinar otras de dimensiones desconocidas hasta entonces, reveladas a partir de una observacion aguda de mi entorno y las proyecciones distantes que sobre el hacia. 

Tuve la suerte de vivir en un lugar bonito, no solo mi casa lo era, tambien lo que veia a traves de sus ventanas, paisajes selvaticos llenos de exhuberante vegetacion que bajaban del piedemonte avileño, divisandose a lo lejos de aquel hermoso cuadro, senderos de eucaliptos atravesados por rayos solares que se derretian sobre la gran mancha verde de la montaña. Descendia muy cerca una quebrada de aguas cantarinas, que emitia dulces tonalidades al caer sobre las piedras y los pozos que se formaban. El curso del pequeño arroyo era adornado con sendos araguaneyes que rociaban todo con una lluvia infinita de flores amarillas. Los mangos aportaban sus aromas azucarados de tantas frutas caidas, manjar para una pleyade de insectos, aves y pequeños crustaceos de rio. Asi era aquel lugar, similar a cualquier paraje del Paraiso biblico. Un dia algo rompio aquel encanto, tan cruel como dramatico. De las cascaditas empezaron a crecer grandes burbujas, y el rio entero se convirtio en espuma brillante de colores tornasolados. El olor ya no era de mangos sino una pestilencia desagradable que asfixiaba la respiracion pero que excitaba a grandes jaurias de insectos carnivoros sedientos de sangre. Aquella brutal agresion solo era aliviada con la llegada oportuna de la lluvia, ya que lavaba la capa jabonosa y asi permitia restaurar la lozania del paisaje. Sin embargo, al poco tiempo volvia a ocurrir una y otra vez hasta que todo empezo a marchitarse ante la imposibilidad de recuperarse completamente. Presenciar aquel drama me hizo padecer gran angustia y tristeza, sentimientos que oradaban mi alma y que si no hacia algo al respecto iba a terminar lo mas parecido a un queso gruyere si llegase a ser fotografiado algun dia con una camara Kirlian. Decidi ponerme en accion aunque no estaba muy seguro de como ni donde comenzar, asi que lo primero que se me ocurrio fue revisar nuestro reducido almacen de productos de limpieza, escudriñar las minimas escrituras de las etiquetas buscando su composicion quimica, como si en su primera lectura se me revelara algun mensaje criptico, algo impensable pero que al menos me serviria para documentarme lo mas rapido posible y asi tratar de tener un glosario sobre nombres que resultaran lo mas irritante o corrosivo, usando como unica forma de descarte su pronunciacion sin que se me trabase la lengua. Si tardaba mas de tres segundos intentando llegar hasta la ultima silaba, y sonara como si estuviera tragando un puñado de piedritas, rapidamente lo anotaba en una libreta. Si el nombre estaba compuesto por mas de un guion, como por ejemplo perclotato-de-noseque-coñoesesto, no hacia falta el ejercicio fonologico descrito antes y lo apuntaba entre los primeros. La misma excepcion aplicaba cuando dentro de su composicion aparecia el nombre de algun color primario, ya que suponia que de alli venia la coloracion de las burbujas. Al terminar el levantamiento de datos, en vez de botarlos coloque los envases seleccionados como extremadamente toxicos al final de la alacena para procurar dejarlos fuera de alcance visual,  y asi evitaria problemas adicionales en mi casa cuando alguien de mi familia fuera a lavar. Guarde la libreta con la intencion de usarla en otra ocasion y segui improvisando con otras ideas, asi que sali disparado de mi casa en busqueda de pruebas de culpabilidad y para eso debia ir hacia la escena del crimen. Luego de pasar la barrera perimetral de seguridad que separa el area urbanizada de otros espacios, ingrese a una vertiente que descendia hasta el cauce de la quebrada. Abriendome paso entre largas raices colgantes, juncales y maleza muy compacta, logre alcanzar el curso de agua y continue avanzando entre las piedras y los bancos de arena para empezar mi investacion de campo. Fue la primera vez que me encontraba en aquel lugar, solo Dios sabe cuantas veces imagine como se sentiria estar dentro de aquella obra de la naturaleza que tanto disfrutaba ver desde mi balcon. Al principio todo parecia estar intacto hasta que escondido entre la vegetacion encontre una serie de tuberias y por cada cilindro chorreaba un liquido espeso de un color intenso como si se tratara de una gigantesca impresora de tinta continua imprimiendo garabatos multicolores. Otras tuberias expelian violentamente mucosidades aceitosas malolientes que al caer golpeaban sobre una superficie erosionada produciendo grandes salpicaduras. Todo estos desechos provenian de una zona industrial ubicada a menos de  un kilometro de distancia y que seguramente actuaban desde hace mucho tiempo bajo la mirada complaciente de las autoridades de control y resguardo medioambiental. El margen opuesto, el que colindaba con las casas de la urbanizacion, tambien tenia una cuota sobre aquel caudal venenoso a traves de una red de delgadas tuberias que drenaban las aguas servidas provenientes en su mayoria de las lavadoras domesticas. Quede pasmado viendo con asombro aquella monstruosidad, alce la mirada y vi hacia mi balcon como deseando despertar de una pesadilla que me introdujo aqui mientras soñaba despierto en un momento de contemplacion desde mi ventana. Empece a sentirme mareado a causa de los vapores pero de no haber sido por una nube de mosquitos que me ataco salvajemente, poco falto para caer y perder el conocimiento, asi que aproveche para huir por el mismo camino que habia hecho, esta vez chapoteando torpemente sobre grandes charcos y espumas hediondas. Cuando logre salir, cai tendido en plena acera y tuve que tomarme unos minutos para recuperar el aliento. Me reincorpore con algo de mis fuerzas restablecidas y camine lentamente debido al abatimiento que experimentaba. Quise regresar a mi casa concluyendo que lo mejor era olvidar y abandonar sin remedio pero un instante de lucidez y optimismo juvenil me sedujo con nuevas ideas. Descarte rapidamente cubrirme con carteles que dijeran: "Detengan la contaminacion de las aguas. Basta de arrojar sus desechos a la quebrada" y plantarme frente al cruce de vias que va hacia la zona industrial o en la acera de alguna sede gubernamental, la verdad es que me hubiera sentido demasiado estupido y no hubiera durado sino unos pocos minutos. Luego pense: "Si esto ocurre desde hace tiempo debe haber otras personas del vecindario que sientan lo mismo y deseen hacer algo pero no saben como, tal vez juntos podamos lograrlo". Sin embargo, no tenia tiempo para buscar uno a uno entre todos mis vecinos asi que necesitaba algo mas rapido pero contundente.


Acto II

Solo habia un lugar donde podia encontrar reunidos a una cantidad de ellos y que estuvieran dispuestos a escucharme, el bar Coni. Este emblematico establecimiento podia albergar casi a cualquier hora del dia y de la noche, al menos una pequeña representacion de los habitantes del sector.  Solo habia un inconveniente y tenia que ver con las razones por las que asistian religiosamente al lugar: era el unico lugar del vecindario donde muchos acudian con el deseo de olvidar y sentirse olvidados aunque sea un instante, una practica algo inverosimil pero significaba la oportunidad de regenerar el sentimiento de querer y ser querido nuevamente. Mientras me dirigia al bar Coni, empece a tener dudas sobre la posibilidad de encontrar gente dispuesta a seguirme aun sabiendo que muchos a los que veria conocian muy bien lo que sucedia, porque vivian tan cerca de la quebrada como yo y tiempo atras fue el lugar de esparcimiento para los mayores, cuando apenas eran unos muchachos en aquel caserio rural que termino absorbido por el nuevo urbanismo durante la rapida expansion de la ciudad unas decadas despues. Me indignaba saber que aquellos hombres que narraban historias aguerridas de su juventud al frente del movimiento vecinal de otra epoca ante cualquier acto de avasallamiento, hoy no eran mas que simples espectadores de la modernidad, asi que cuando me encontre en la entrada del bar estaba totalmente furioso. Nunca habia entrado porque no tenia edad suficiente segun las restricciones del local  y si queria hacerlo como los demas, debia aguardar unos años para mi entrada inaugural pero no estaba dispuesto a esperar ni un segundo mas, entraria rapidamente, los ubicaria, los increparia a ver si reaccionarian y se sumaran a mi causa, todo esto antes de ser expulsado por el encargado, un portugues malhumorado que parece no haberse bajado nunca del barco que lo trajo desde el viejo continente porque no perdio aquella mirada de ceño fruncido, cuando desde la cubierta de popa veia alejarse su tierra natal hasta desaparecer en el horizonte para siempre. El Coni es el unico lugar de la zona que ha resistido el embate transformador de la modernidad, desde tiempos inmemoriales como un antiguo templo medieval que conserva bajo sus cimientos las reliquias de algun santo. Solo ha sufrido algunos cambios esteticos pero nada que lo altere demasiado como para que se convierta en otra cosa distinta a un bar de mala muerte. Fue la primera bodega que existio hace un siglo atras, donde los campesinos y lugareños hacian un alto en sus faenas para ir a comprar chimo y lanzarse un guamaso de ron destilado en un almabique clandestino. Dicen que su primer propietario fue uno de los 17 hijos del Coronel Aurelanio Buendia regados por el mundo, que se canso de su errante deambular siguiendo los caminos de gitanos y decidio sentar cabeza bien lejos de Macondo. Lo intercambio despues a un inmigrante portugues por un par de burros cuando se entero que florecia la industria bananera en aquellos lejanos rincones de donde provenian sus parientes. Y asi continuo en propiedad de otros paisanos portugueses que llegaban sin nada buscando refugios que les dieran acojida, trabajando sin paga mas alla del cansancio hasta terminar convertidos en dueños de la mitad de todo lo que alli habia. Los que asistian por un descanso momentaneo descubrieron desde un principio que podian desconectarse de su penosa vida y fueron extendiendo sus estadias. Con el tiempo todos querian ser participes de esa experiencia y fue entonces cuando en secreto decidieron que pasara lo que pasara, el bar Coni siempre debia estar alli y existir para lo que era, para olvidar, lo unico que permitia aliviar un poco algunos sufrimientos que no tienen cura, como quien descansa sobre los restos de un naufragio y ve su propia imagen en la orilla persistiendo obstinadamente en dejar un rastro sobre la arena. Miramos con estupor siendo naufragos  aquel reflejo nuestro que nos causa risas y tristezas al no poder hacer nada por madurar nuestras ingenuidades o arrancarnos de raiz nuestras estupideces que nos hacen divagar en vano muchas veces sin encontrar mejores caminos que aquellos arenales. Con el tiempo otras eran las razones pero al final todos terminaban deseando lo mismo, olvidarse para luego reir o llorar hasta encontrar alivio. Ha sido asi hasta el dia de hoy, en este bar y en todos los bares del mundo. 


Acto III

Inflado como un gallito de pelea, entre de un portazo hasta el salon donde estaban reunidos algunos solitarios visitantes, los cuales parecian permanecer en trance, mirando con vista de taladro la superficie de la barra o de las mesas o de las baldosas del piso. Como sombras que se develaban en la oscuridad iban apareciendo aquellos rostros endurecidos de viejos marinos de agua dulce en su acostumbrado rincon. Como unica identidad portaban un sobrenombre al que respondian sin dudas, el de su alter ego que se apodero plenamente de aquellas almas, personajes sin mas historias que las vivencias de aquel viejo bar y de sus habitantes: "Panther","Smokey Gun","Bread with Meat","Red Monkey","Sheep Male","The Old Man","The Hairy","The Turkish","Ivan The terrible","Only One Eye","Litte Stone" y unos cuantos mas. Mi presencia no les causo niguna sorpresa, en realidad nada parecia sorprenderlos mientras permanencian en el lugar, anestesiados por el alcohol y otras sustancias consumidas en exceso sumado a la atmosfera viciada por emanaciones de todo tipo concentradas en un espacio con muy poca ventilacion. Sus cerebros respondian solo a cierta actvidad sensorial, como la resequedad del gaznate y a las irritaciones de los alveolos pulmonares, lo cual producia un acto reflejo combinado, un sorbo de cerveza y una calada profunda del cigarrillo. La comunicaccion esporadica entre ellos, sonidos que se asemejan a los emitidos por un animal muribundo seguido de estruendosas carcajadas solo servia para anunciar la ocupacion de su rincon y que no toleraban compañias a poca distancia. Me sorprendi ver aquel ejercito de minusvalidos llenos de cicatrices tanto por fuera como por dentro, dudoso de conseguir algo mas que su atencion instantanea. Aun asi, decidi continuar con mi proposito, trone mis dedos, tome aire en una larga inspiracion y les lance una mirada inquisitiva. Antes de pronunciar una palabra, una voz  grave proveniente del fondo se adelanto y dijo: "Epa muchacho, bienvenido, ya era tiempo que vinieras". Quede extrañado por aquel inesperado recibimiento pero antes de poder reaccionar la voz continuo, esta vez dirigiendose al encargado de la barra: "Joao dale una birra y la anotas a mi cuenta". De inmediato, el encargado saco del fondo de la nevera una botella de cerveza helada que al contacto con el aire viciado del local se cubrio de una capa blanca por efecto de la condensacion, la coloco sobre las tablas y no la solto hasta que lo vi directamente a los ojos. Acto seguido, los demas ocupantes hicieron una pequeña reverencia en señal de reconocimiento, levantando a medias sus botellas apuntandome con ellas, para luego volver a su anterior posicion de estatuas. Tome la botella y trate de encontrar la silueta que me habia hablado detras mio, la cual se situaba en la esquina contraria a la entrada, desde donde podia contemplar todo sin problemas como un unico espectador de un escenario y sus actores. Estaba sentado comodamente, con una de sus piernas estiradas sobre otra silla y sus brazos sobre los espaldares de otras mas, como si estuviera en una poltrona imperial. Su aspecto era bastante anticuado aunque lucia como todo un principe oscuro: camisa manga larga y solapa ancha, estampada de bacterias y encima un chaleco raido de bluyin, pantalon y botas de cuero. Usaba pelo largo y unos grandes mostachos, parecia una mezcla de Dartagnan con Frank Zappa. Mientras manipulaba con gracia un cigarro, me dijo: "se a lo que vienes, no pierdas tu tiempo. Sientate donde quieras, estas entre amigos". Saco de uno de los bolsillos del chaleco, una revista pornografica doblada como un sobre y la tiro sobre la mesa mas cercana a mi, hizo un guiño simpatico y con la palma extendida señalo una silla que estaba a mi alcance, luego se concentro de nuevo en su cigarro, aspiro e hizo una nube que empujo luego con una columna de humo que llego hasta el techo. Saco de su otro bolsillo una cajetilla de cigarros, extrajo uno y extendio su largo brazo para que lo tomara: "fumate esa mierda y deja la pensadera". Me quedo viendo seriamente, pero al poco rato su cara empezo a modificarse gradualmente, pasando de un gesto bobalicon, con sus ojos sanpaku mostrando la parte inferior blanca de los ojos y su labio inferior bajando lentamente, cambiando bruscamente a una mirada fija de psicotico con ojos desorbitados susurrando palabras en un raro dialecto lucumi...

Y en un abrir y cerrar de ojos, mas nunca supe como ni por que me encontraba ahi, sentado en aquella esquina donde años antes habia estado por primera vez justo al frente de un fulano que nunca supe ni quien era pero que tampoco me importaba ya saberlo, solo se que ahora yo ocupaba aquel lugar codiciado por todos, sin querer salir, parandome solo a mear cuando ya mi vejiga no soportaba mas litros de cerveza.

Solo deseaba que afuera siempre se viera un dia soleado de tarde tipo 5pm, y que la luz dorada se reflejara sobre El Avila, todo lo demas desaparecio de mi conciencia y memoria. Hasta donde se, mas nunca sali de aqui. 

Si Greta Thunberg hubiera conocido este lugar, tal vez estaria a mi lado, o aqui en mi silla favorita, donde solo se cuenta una sola alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario